Para ti, que compartes conmigo este trayecto.

sábado, 8 de octubre de 2011

Octubre: luna rosa.

Foto: Ale Quintero para Pretty In Pink.


Para Tania.
De vez en cuando dejo a mi mano escribir sin pedirme permiso. Dejo a mis dedos teclear, de la misma forma que un músico los dejaría hacer escalas libremente. Entonces mis dedos sueñan que están haciendo música, mis oídos sueñan que la escuchan, mi sangre siente que vibra y mi vida pasa de repente por mis ojos.

Y viajo por el precipicio. Lloro. Siento. Canto. Toco. Juego. Hablo. Grito. Tiemblo. Sueño. Escribo. Río. Dejo a mis manos escribir libremente.
Entonces mis manos recuerdan el día.
El mes.
La hora.

Recuerdan que no hace tanto las cosas eran diferentes.
Mis manos escriben y sueñan que viajan por la piel de una mujer, por sus senos, mis manos recorren con sus propios ojos el cuerpo de una mujer. Lo comprenden. Lo aman. Se convierten en él y lo besan. Mis manos recuerdan. Y lloran. Recuerdan y lloran.

Porque comprenden. Porque saben que hay una lucha que librar. Porque saben que hay una lucha que miles de mujeres ganan día con día. Porque son mis manos quienes saben que todas son triunfadoras, porque son mis manos las que narran sus victorias.

Mis manos escriben por ellas.
Por las mujeres.
Por el mes rosa.
Por el mes de la belleza en la mujer.
¡Gracias! ¡Gracias por ustedes!

La tinta de mi sangre no deja de recordar. Las letras de mis ojos siempre darán vida. Mis ojos viendo por dos. Mi sangre viviendo por dos. Mi vida viviendo por dos. La tinta de mi sangre me llevará hacia ella. Hacia ustedes. Hacia las mujeres y su lucha: la belleza de la humanidad.

José Cohen
www.perspectivaco.wordpress.com



Gracias Ale Quintero por invitarme a participar en Pretty In Pink; porque a través de tu trabajo y entusiasmo me permitiste conocer a mujeres extraordinarias, solidarias, hermosas y que son un ejemplo de vida.

Gracias José Cohen por prestarme tus letras y acompañarnos en este espacio; porque eres generoso y sensible.

Y a ti, Tania, porque estás a punto de librar la batalla y porque lucharla contigo me ha enseñado que no sólo hay que tocarse el cuerpo, sino lo más importante, el alma. Te quiero.

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