Foto: Luke Betts.
Aprendí de la estancia de las piedras.
De la lluvia inesperada.
Del arrojo de la brisa.
Y del reflejo incandescente.
Aprendí del fulgor del horizonte.
De la fuerza de lo simple.
Del desafío de un latido.
Y de lo angosto de una grieta.
Aprendí del arraigo de un respiro.
De lo frágil de un adiós.
De la lluvia inesperada.
Del arrojo de la brisa.
Y del reflejo incandescente.
Aprendí del fulgor del horizonte.
De la fuerza de lo simple.
Del desafío de un latido.
Y de lo angosto de una grieta.
Aprendí del arraigo de un respiro.
De lo frágil de un adiós.
Del afán de una caricia.
Y de lo necio de un recuerdo.
Aprendí tanto...
Que ya no sé amar de otra manera.
Que ya no sé amar de otra manera.
A.