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viernes, 7 de enero de 2011

El lector ideal.






El lector ideal
El lector ideal no reconstruye una historia: la recrea.
El lector ideal no sigue una historia: toma parte en ella.
El lector ideal posee una capacidad ilimitada para el olvido. Puede apartar de su memoria el conocimiento de que el Dr. Jekyll y el señor Hyde son la misma persona, de que a Julien Sorel le cortarán la cabeza, de que el nombre del asesino de Roger Ackroyd es Fulano de Tal.
El lector ideal no está interesado en los escritos de Brett Easton Ellis.
Después de cerrar el libro, el lector ideal siente que si no lo hubiera leído el mundo sería más pobre.
Al lector ideal le gusta usar el diccionario.
El lector ideal juzga un libro por su portada.
Cada libro, bueno o malo, tiene su lector ideal.
El lector ideal desea llegar al final del libro y a la vez saber que el libro jamás terminará.
El lector ideal es el personaje principal de la novela que está leyendo.


“Nuevo elogio de la locura”, Alberto Manguel
(Gracias, Fausto.)

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